El 30 de set. de 2009 el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO en su reunión de Abu Dhabi, aprobó la inscripción en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de las candidaturas de "EL TANGO" y "El CANDOMBE y espacio socio cultural: una práctica comunitaria" como Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO. La candidatura "El TANGO" fue propuesta por los gobiernos municipales de Buenos Aires y Montevideo (categoría MULTINACIONAL: Argentina y Uruguay), mientras que "El Candombe..." fue presentada por el gobierno del Uruguay.
Argentina y Uruguay – El tango – La tradición argentina y uruguaya del tango, hoy conocida en el mundo entero, nació en la cuenca del Río de la Plata, entre las clases populares de las ciudades de Buenos Aires y Montevideo. En esta región, donde se mezclan los emigrantes europeos, los descendientes de esclavos africanos y los nativos (criollos), se produjo una amalgama de costumbres, creencias y ritos que se transformó en una identidad cultural específica. Entre las expresiones más características de esa identidad figuran la música, la danza y la poesía del tango que son, a la vez, una encarnación y un vector de la diversidad y del diálogo cultural.
Uruguay – El candombe y su espacio sociocultural: una práctica comunitaria – Todos los domingos y muchos días festivos, las llamadas de tambores del candombe resuenan en el barrio Sur de Montevideo y en otros dos barrios meridionales de la capital uruguaya, Palermo y Cordón, que albergan una población de origen africano. Antes de que dé comienzo el desfile del candombe, los participantes se reúnen en torno a fogatas para templar sus tambores y confraternizar.
Hasta aqui transcribimos parte de la información que figura en el sitio web de la UNESCO.
Para complementar estas definiciones de la Cultura del Candombe agregamos que es sentir y vibrar de los afrodescendientes. Una de las pocas herramientas de resistencia a la cultura hegemonica.
Cuando hay nacimientos en una familia, una celebración, logros a nivel comunitario e incluso el devenir desde el mundo fisico hacia la ancestralidad los tambores nos acompañan.
Tal como se ha declarado invitamos a todos y todas las personas que forman parte de esta hermosa manifestación a cuidarlo y respetarlo.
En futuros posteos realizaremos comentarios respecto al Tango y al fin se ha reconocido el origen africano desconocido por más de un siglo.
Para finalizar este posteo agregamos algunas definiciones utiles para que nuestros lectores y lectoras puedan tener más elementos en relación al Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI).
¿Qué es el patrimonio cultural inmaterial?
Según la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, el Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) - el patrimonio vivo - es el crisol de nuestra diversidad cultural y su conservación, una garantía de creatividad permanente.
La Convención afirma que el PCI se manifiesta, en particular, en los ámbitos siguientes:
Tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma como vehículo del patrimonio cultural inmaterial;
Artes del espectáculo (como la música tradicional, la danza y el teatro);
Usos sociales, rituales y actos festivos;
Conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo;
Técnicas artesanales tradicionales.
La Convención de 2003 define el PCI más concretamente como los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades, los grupos y, en algunos casos, los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural.
La definición señala igualmente que el PCI, cuya salvaguardia pretende la Convención:
se transmite de generación en generación;
es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia;
infunde a las comunidades y los grupos un sentimiento de identidad y de continuidad;
promueve el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana;
es compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes;
cumple los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos y de desarrollo sostenible.
El PCI es tradicional sin dejar de estar vivo. Se recrea constantemente y su transmisión se realiza principalmente por vía oral. Es difícil emplear el término ‘auténtico’ en relación con el PCI; algunos expertos previenen contra su empleo en relación con el patrimonio vivo (véase la Declaración de Yamato: inglés|francés).
El depositario de este patrimonio es la mente humana, siendo el cuerpo humano el principal instrumento para su ejecución o – literalmente – encarnación. Con frecuencia se comparten el conocimiento y las técnicas dentro de una comunidad, e igualmente las manifestaciones del PCI se llevan a cabo, a menudo, de forma colectiva.
Muchos elementos del PCI están amenazados debido a los efectos de la globalización, las políticas homogeneizantes, y la falta de medios, de valorización y de entendimiento que – todo ello junto – conduce al deterioro de las funciones y los valores de estos elementos y a la falta de interés hacia ellos entre las nuevas generaciones.
La Convención habla de comunidades y de grupos depositarios de la tradición, pero no los especifica. Una y otra vez los expertos gubernamentales que preparaban el anteproyecto de la Convención insistían en que estas comunidades están abiertas, en que pueden ser dominantes o no dominantes, en que no están necesariamente unidas a territorios específicos y en que una persona puede muy bien pertenecer comunidades diferentes o pasar de una comunidad a otra.
La Convención, al establecer la Lista Representativa, introduce la idea de “representatividad”. “Representativa” puede significar tanto representativa de la creatividad de la humanidad, como del patrimonio cultural de los Estados, o de las comunidades depositarias de las tradiciones en cuestión.
Ver también el Preámbulo de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
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