La violencia doméstica, racismo, intolerancia religiosa y conflictos matrimoniales, se aluden como principales causas de feminicidios contra las afro.
Un estudio elaborado por el Instituto de Pesquisa Económica Aplicada (IPEA) y el Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP), publicado en el Atlas de Violencia de 2021 este martes 31 de agosto de 2021 alerta que el 66 por ciento de las mujeres asesinadas en Brasil correspondieron a la etnia negra.
La investigación detalla que en 11 años (de 2009 a 2019), los feminicidios contra mujeres no afrodescendientes decayeron en un 27 por ciento, mientras que se registra un aumento de dos puntos porcentuales de mujeres negras asesinadas; a pesar de la disminución del 17.3 por ciento en números absolutos respecto a 2018, donde se pasó de 4.519 a 3.737 feminicidios a afrodescendientes.
En tal sentido, la indagación pormenoriza que el 33 por ciento de estas muertes violentas ocurrieron en el interior de los hogares, mientras los acontecidos fuera disminuyeron en un 20.6 por ciento en el propio lapso, lo cual refleja una tendencia creciente en materia de violencia doméstica.
Las cifras contemplan las circunstancias donde se produjeron los homicidios, ya sea en situaciones de violencia doméstica o familiar, desprecio o discriminación contra la condición de la mujer, casos de violencia urbana, o en calidad de robo seguido de muerte y otros conflictos.
Otra cuestión reflejada en el informe abarca el alza de un 35.2 puntos porcentuales de las muertes violentas por causas indeterminadas de 2018 a 2019, expresadas en 16.648 casos en ese último año.
Asimismo, la investigación que Río Grande do Norte se registraron 5.2 por ciento de feminicidios, Amapá con 4.6 por ciento y Sergipe 4.4 por ciento, emergieron como estados con mayor riesgo relativo de victimización letal de mujeres negras; y en el caso de Alagoas, todas las víctimas de homicidios femeninos en 2019, sin contar una sin identificación de color o raza, eran negras.
Especialistas sostienen que Romio las mujeres negras están desproporcionadamente expuestas a otros factores generadores de violencia, como desigualdades socioeconómicas, conflictos familiares, racismo, intolerancia religiosa, y conflictos matrimoniales, entre otros.
Añaden que el racismo también se entiende como un eje articulador de desigualdades que impactan en las relaciones, a la vez que junto al sexo justifica la discriminación y la subordinación históricamente construida, causante de asimetrías sociales y que coloca a las mujeres negras en posición de mayor vulnerabilidad en todos los ámbitos sociales.
Fuente: ACSUN, Telesur.
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