El 31 de agosto de 2021, en la misma fecha que se celebra por primera vez el Día Internacional de las Personas Afrodescendientes, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y su Relatoría Especial sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (REDESCA), publican el informe temático "Derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de las personas afrodescendientes, Estándares Interamericanos para la prevención, combate y erradicación de la discriminación racial estructural", bajo los auspicios de la Cooperación Española, a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
La Comisión Interamericana y su REDESCA entienden que este informe es en sí mismo, una forma reparatoria de invocar la memoria colectiva de las personas afrodescendientes en la región; reconocer sus luchas sociales y legado histórico, así como visibilizar las diferentes violaciones de derechos humanos como forma de reparación. Este reconocimiento permite a la CIDH cumplir con su mandato de estimular, sistematizar, reforzar y consolidar el respeto de los derechos de las personas de ascendencia africana en la región de acuerdo con su mandato, y al Plan de Acción para el Decenio de las Personas Afrodescendientes en las Américas (2016-2025) de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
En el ejercicio de su función de interpretación de los instrumentos interamericanos de derechos humanos, la CIDH desarrolla en su informe nuevos estándares para combatir la discriminación racial estructural en la región y promover su aplicación para mitigar esta situación, incorporando un enfoque de interseccionalidad y de género, así como una perspectiva intercultural. En particular, destaca que las múltiples formas de discriminación que sufren las personas afrodescendientes tienen efectos tanto a nivel individual como también en el ámbito social, toda vez que obstruyen el acceso a los derechos básicos como el trabajo, la salud, la educación y la vivienda; situaciones que pueden verse exacerbada por contextos de pobreza y la privación de oportunidades económicas. Asimismo, que la pobreza tiene un impacto diferenciado en las personas afrodescendientes, en la medida que este origen étnico-racial se interseccional con otros factores de discriminación que profundizan las condiciones de vulnerabilidad, como la identidad y/o expresión de género; la discapacidad; la edad; la orientación sexual; el estatus migratorio; la situación socioeconómica; entre otros.
La Comisión subraya que las condiciones de vulnerabilidad descritas en el informe evidencian claramente, por una parte, la interdependencia e indivisibilidad de los derechos económicos, sociales culturales y ambientales; y de otra, la interdependencia y la interseccionalidad de las violaciones de derechos humanos. Por consiguiente, este informe tiene como objeto visibilizar la situación de las personas afrodescendientes en las Américas, tomando como base los avances de los Estados en la materia, con miras a impulsar el desarrollo progresivo de sus DESCA, que la CIDH y su REDESCA han venido enfatizando a través de sus diferentes mecanismos.
Dada la amplitud de derechos que se desprenden del marco de los DESCA, el documento se enfoca en los principales desafíos que enfrenta la población afrodescendiente en las Américas en relación con el acceso y garantía de los derechos a la educación; salud; vivienda; alimentación; trabajo; cultura; propiedad colectiva, medio ambiente sano y recursos naturales; agua potable y saneamiento básico.
Finalmente, la CIDH hace un llamado a los Estados de la región a ratificar la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia, al tiempo de enfatizar que la ratificación universal de los instrumentos interamericanos es un paso indispensable para el respeto y garantía de los derechos humanos de todas las personas en las Américas.
La REDESCA es una Oficina de la CIDH, especialmente creada para apoyar a la Comisión en el cumplimiento de su mandato de promoción y protección de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales en el continente americano.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan sus países de origen o residencia.
Fuente: ACSUN, Oea.
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