En tiempos de Covid 19 debermos romper la normalidad.
"lo normal para nosotros es una vida desagradablemente aterrorizada por los policías a diario".(expresiones de Msomi Moor, Ph.D, docente de la Universidad Florida Memorial de Miami)
La muerte de George Floyd, un ciudadano afrodescendiente que murió luego de que un policía apretara su cuello con su rodilla durante un arresto en Minneapolis, ha reavivado, una vez más, el debate sobre el racismo y la violencia policial en Estados Unidos. Dos problemas que coexisten y, necesariamente, se interrelacionan en la sociedad estadounidense de manera recurrente.
El caso de Floyd es apenas el último de una larga lista de episodios de violencia racista cometidos por las fuerzas de seguridad en Estados Unidos. Un hecho similar ocurrió en 2014, cuando Eric Garner murió en Nueva York después de que un oficial utilizara una técnica de estrangulamiento prohibida por la policía de ese estado y la mantuviera pese a que el hombre de 43 años le repitiera varias veces que no podía respirar. Esa situación fue una de las que dio trascendencia nacional al movimiento ‘Black Lives Matter’ (‘Las vidas negras importan’), que denuncia desde 2013 la violencia policial contra la comunidad afroamericana.
Pero no hace falta ir tan lejos en el tiempo. A la par de las protestas extendidas en Minneapolis y otras ciudades estadounidenses para pedir justicia por Floyd -las cuales derivaron en disturbios y algunos hechos de saqueos-, el jueves 28 de mayo, en Louisville, se produjeron manifestaciones para reclamar por la muerte de Breonna Taylor, una mujer afrodescendiente que falleció el 13 de marzo en su casa tras recibir al menos ocho disparos por parte de la policía.
Los oficiales realizaban un operativo por una investigación de narcotráfico que no guardaba relación con Taylor, una técnica médica de emergencias. En torno a este caso, se oponen dos versiones: mientras los agentes aseguran haberse anunciado antes de entrar y haber disparado en respuesta a los tiros del novio de la víctima, Kenneth Walker, la familia de Taylor sostiene que la policía no se dio a conocer antes de ingresar. La difusión del audio de la llamada de Walker al 911 para informar la muerte de su novia reactivó las protestas.
Y es que en Estados Unidos, la policía mata a entre 1.000 y 1.200 personas cada año, según los cálculos realizados por la prensa estadounidense después del asesinato de un joven afrodescendiente de 18 años, Michael Brown, en Ferguson (Missouri), a manos de un oficial en 2014. Del total de muertes a cargo de la policía, casi un 25% de las víctimas son afrodescendientes, una comunidad que representa un poco más del 13% de la población estadounidense. Las cifras se refuerzan con un estudio publicado en 2019 a partir de datos recopilados por el consorcio de periodistas Fatal Encounters y los del Sistema Nacional de Estadísticas Vitales, los cuales concluyen que los afrodescendientes son 2,5 veces más propensos a ser asesinados por la policía en Estados Unidos que la población blanca.
"Desde el punto de vista afro, lo que pasa es que vivimos en un estado perpetuo de monitoreo policiaco", afirma a France 24 Msomi Moor, Ph.D y docente universitario de Estudios Africanos y de la Diáspora Africana de la Universidad Florida Memorial de Miami. El doctor remarca que "nos toca ir a marchar una vez más, respondiendo a un nuevo acto vil en contra de nuestra comunidad" y subraya que "lo normal para nosotros es una vida desagradablemente aterrorizada por los policías a diario".
Para el politólogo Didier Combeau, autor del libro ‘American Polices’, estos hechos son el resultado de una conjunción de síntomas, que van más allá del racismo e involucran a la “violencia” y también a la “política”. Según le explica a France 24, se combinan la violencia de la fuerza policial y de la sociedad estadounidense en general con un racismo individual e institucional “vinculado en Estados Unidos durante mucho tiempo” y exacerbado por la cercanía de las elecciones presidenciales.
De acuerdo a Moor, a esta combinación de elementos también se suma la "supremacía blanca" que, junto al racismo "fundamentan la base económica, política y social de la nación estadounidense".
Fuente: ACSUN. France24:
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