Nota: portada de la publicacion Vidas Entrelazasas, Hilos de esperanza. Fuente: UNFPAA lo largo y ancho del planeta, las personas que
quieren utilizar servicios básicos de atención de
la salud sexual y reproductiva se ven obligadas a
sortear todo tipo de obstáculos que se solapan
debido a su género, situación económica, etnia,
orientación sexual y discapacidad, entre otras
características.
En los pocos lugares donde se
recopilan datos, las mujeres afrodescendientes
han resultado ser más vulnerables a la violencia
obstétrica y los malos resultados de salud
materna. En muchas ocasiones, se priva a
las mujeres indígenas de atención a la salud
materna con pertinencia cultural y se tipifican
como delito sus costumbres relacionadas con
el parto, lo que se traduce en un riesgo mucho
mayor de fallecer durante el embarazo o al dar
a luz
También existen
discrepancias muy marcadas y generalizadas dentro de
un mismo país o región. Por ejemplo, las mujeres más
ricas de Madagascar son cinco veces más propensas que
las más pobres a dar a luz con ayuda de profesionales
cualificados segun datos de ONU Mujeres del año 2023.
En todo el
continente americano, las personas afrodescendientes
tienen más posibilidades de ser víctimas de la violencia
obstétrica, informaba el UNFPA el año pasado.
el informe Vidas entrelazadas, hilos de esperanza, del Fondo de Población (UNFPA), la agencia para la salud sexual y reproductiva de Naciones Unidas, donde se alerta sobre los roles que desempeñan el racismo, el sexismo y otras formas de discriminación en el bloqueo de los avances en materia de salud sexual y reproductiva. El organismo también revela una grave desigualdad entre diferentes países, “ya que más de la mitad de las muertes maternas, un 62%, se producen en países que se encuentran en estado de crisis o de conflicto”.
La disparidad es abrumadora entre el Norte y el Sur, el Oeste y el Este del mundo, en todo lo relacionado con anticonceptivos, servicios de parto seguro, atención respetuosa a la maternidad y otros servicios esenciales, subraya el documento. "El mundo avanzó cero en salvar a las mujeres de muertes evitables en el embarazo y el parto", dijo Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA, y detalló que por primera vez se recopilaron datos sobre si la autonomía corporal de las mujeres se estaría fortaleciendo con el tiempo. Son las niñas y las mujeres pobres quienes tienen más probabilidades de morir prematuramente por la insuficiente atención sanitaria si pertenecen a grupos minoritarios o están atrapadas en un entorno de conflicto.
Entre los colectivos más afectados se encuentran las mujeres afrodescendientes de América, con mayor tasa de mortalidad materna que las mujeres blancas, lo que se evidencia especialmente en los Estados Unidos, que triplica la media nacional. “Las minorías indígenas y étnicas también se enfrentan a elevados riesgos relacionados con el embarazo y el parto”, subraya el informe.
las mujeres con discapacidad tienen hasta 10 veces más probabilidades de sufrir violencia de género, y las personas “de diversa orientación sexual y expresión de género se enfrentan a importantes actos de violencia y obstáculos para recibir atención”.
Muchos factores interactúan con el género y dan como resultado la marginación de personas y comunidades. Entre ellos, cabe citar la etnia,
la raza, la casta, el idioma y la religión, la discapacidad, el estado serológico con respecto al VIH/sida, la situación migratoria y la orientación
sexual y la identidad de género. El género (en el centro de la ilustración) y dichos factores de marginación (anillo central) pueden manifestarse
de formas muy distintas (en el anillo exterior figuran ejemplos). En la vida real, las personas pueden tener muchas identidades y circunstancias
concurrentes (parte inferior de la ilustración) que repercuten negativamente en su salud y sus derechos sexuales y reproductivos.
Fuente: "Vidas entrelazadas, hilos de esperanza". UNFPA
Fuente: ACSUN, unfpa, pagina12
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