Tenemos una ley de acciones afirmativas a nivel laboral, inicio el decenio de los afrodescendientes pero aùn sigue sin cambiar la inserciòn en el mundo del trabajo de los afrodescendientes en Uruguay.
En Uruguay el 11,5% de las personas se autopercibe como afrodescendiente. El 9,7% de la población se encuentra por debajo de la línea de pobreza, sin embargo este porcentaje asciende a 20,2% en la población afrouruguaya. Una de cada cinco personas afrodescendientes son pobres en Uruguay en 2014, mientras que en el caso de las personas no afro esta proporción se reduce a la mitad.
Tasa de desempleo en la mujer se profundiza si le sumamos el factor etnico racial.
Asimismo se destaca la alta tasa de desempleo de las mujeres afrodescendientes (14,0%) en relación al porcentaje de la población no afrodescendiente (6,6%).
En el período 2006-2014 podemos observar que la tasa de desocupación descendió en forma sostenida para varones y mujeres no afrodescendientes, mientras que para varones y mujeres afrodescendientes no solo no desciende desde 2010 sino que aumenta levemente.
Además, una de cada cinco mujeres afrodescendientes ocupadas se encuentran insertas en el sector del trabajo doméstico. Este dato refleja la escasa movilidad socioeconómica de las mujeres afrodescendientes a lo largo del tiempo; ya que es una ocupación histórica dentro de este colectivo.
También integran la mayor proporción de hogares monoparentales femeninos afrodescendientes (13,5%) en relación a los no afrodescendientes (10,3 %).
Estos hogares presentan mayores riesgos sociales debido a las dificultades de inserción laboral de las mujeres jefas de hogar.
En este sentido, las personas afrodescendientes poseen menores niveles educativos que las no afrodescendientes dado que una mayor proporción de personas afro poseen primaria como máximo nivel educativo y una menor proporción poseen terciara.
Desventajas educativas
La población afrodescendiente mayor de 24 años alcanza niveles educativos significativamente menores que la población no afro.
En síntesis, el indicador presentado revela una desventaja social que enfrenta la población afrodescendiente en materia educativa. Este hecho redunda en dificultades de movilidad social y por tanto en la persistencia de altos niveles de pobreza e indigencia para este sector de la población (Bucheli y Cabella, 2007).
A su vez, se destacan los mejores desempeños de las mujeres frente a los varones independientemente de la ascendencia étnico-racial. Por último, resta señalar que la tendencia a la mejora del nivel educativo en el período es acentuada tanto para varones como para mujeres y para las personas afro tanto como para las no afro.
Fuente: ACSUN, Lic. Javier Dìaz, INE,larepublica.
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