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martes, 3 de octubre de 2023

La Cepal en su Tercer Conferencia Regional sobre Desarrollo Social en América Latina y el Caribe advierto sobre la pobreza e indigencia que afecta a los afrodescendientes

 



Más de 200 millones de personas, casi un tercio de la población de América Latina y el Caribe, viven en situación de pobreza y al menos 80 millones están en la pobreza extrema, es decir, sin los ingresos necesarios para cubrir las necesidades alimentarias mínimas, indicó un nuevo estudio de la Cepal.

“La pobreza en la región se mantiene en niveles elevados e inaceptables”, dijo José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) al presentar este martes 3  de octubre de 2023, el estudio en la quinta reunión de la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social.

Según las proyecciones de la Cepal “32,1 % de la población de la región (201 millones de personas) se encontraba a fines de 2022 en la pobreza, y 13,1 % (82 millones) en la pobreza extrema”, indicó Salazar-Xirinachs.

La presentación del estudio “Institucionalidad social en América Latina y el Caribe” abrió los trabajos de la conferencia que pasa revista a la institucionalidad, la gobernanza y las tareas de los entes estatales de desarrollo social.

“Para que los Ministerios de Desarrollo Social o sus equivalentes alcancen sus objetivos de inclusión y protección social es importante tener una mirada integral, que articule las políticas de crecimiento, desarrollo productivo y de mercado de trabajo con las políticas sociales”, Salazar-Xirinachs.

El análisis de la Cepal indica que el crecimiento económico regional ha sido muy pobre, de apenas 0,8 % en la década 2014-2023, la de menor crecimiento desde 1951, bastante más bajo incluso que la tasa promedio anual de la “década perdida” de los años 80 del siglo pasado, que fue de 2,0 %.

En la misma década 2014-2023 la tasa promedio de crecimiento de la ocupación fue de solo 1,3 %, la más baja en 70 años. Otros duros datos son que 47,9 % de los trabajadores de la región son informales, y que las mujeres representaron 69,8 % del total de personas inactivas en 2022.

Una alta proporción de hogares vive en condiciones de vulnerabilidad: en 2021, casi 60 % de la población de América Latina pertenecía al estrato bajo, es decir vivía con ingresos equivalentes a menos de 1,8 líneas de pobreza, y casi 80 % vivía con ingresos menores a tres líneas de pobreza.

Cuando presenta las características sociodemográficas de la pobreza, el estudio de la Cepal señala que en esa condición viven 44,1 % de quienes habitan áreas rurales, y el segmento de pobreza crítica corresponde a 21,2 % de las personas.

Los rostros de la pobreza siguen siendo en el siglo XXI Indigenas y Afrodescendientes en Amèrica Latina y el Caribe.

Entre los indígenas, 46,3 % de las personas son pobres, y en pobreza crítica están 18,5 % de ellos. De los afrodescendientes, 30 % son pobres y 10,5 están en pobreza crítica. Entre quienes no son ni indígenas ni afrodescendientes la pobreza alcanza a 24,9 % y la pobreza crítica a 7,2 %.

El nivel educativo es una marca fundamental: cuando el jefe o jefa de hogar y su cónyuge no completaron la educación primaria, 46,8 % son pobres y 20,8 están en pobreza crítica. En el otro extremo, cuando esas personas tienen educación terciaria completa la pobreza afecta a 9,0 % y en pobreza crítica está solo 4,9 %.

El gasto social del gobierno central en la región alcanza un promedio de 13 % del producto interno bruto (PIB) –más alto en América del Sur y el Caribe y menos en América Central y México- y se dirige principalmente a protección social (como pensiones y transferencias en efectivo), educación y salud.

Al contrastarlo con el tamaño poblacional de cada país, el gasto promedio per cápita, en dólares a precios constantes de 2018, fue de 1160 dólares en América Latina (1529 dólares en América del Sur y 745 dólares en América Central, México y la República Dominicana), y de 2140 dólares en el Caribe.

A modo de comparación, la situación de los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (mayoría de economías industrializadas) en 2021 muestra un gasto social promedio con cobertura de gobierno central de 32,5 %.



Sobre esas bases y cifras -que analizarán representantes de gobiernos de la región y de agencias de cooperación durante la conferencia- el estudio plantea profundizar en la orientación del gasto público, y en el fortalecimiento de los ministerios de Desarrollo Social, para encarar las realidades en las que se concreta








Fuente: ACSUN, cepal.

lunes, 31 de julio de 2017

Datos actualizados indicadores de desigualdad étnico racial en Uruguay.



Actualizamos la informaciòn en relaciòn a los datos de las desigualdades etnico raciales en Uruguay proporcionados por el Ministerio de Desarrollo Social, a travès de Inmujeres. Esperamos estos datos sirvan para visualizar mejor los reclamos que desde la sociedad civil hemos reclamado històricamente.




Fuente: ACSUN, Lic. Javier Dìaz, MIDES.

miércoles, 31 de mayo de 2017

La ausencia de datos estadisticos asentua las desigualdades étnico raciales en América Latina

Panorama Social CEPAL 2016 by licjaviier on Scribd



CEPAL: La elevada desigualdad en América Latina constituye un obstáculo para el desarrollo sostenible

Se trata de un fenómeno estructural que se manifiesta a través de múltiples circuitos viciosos, señala el informe anual Panorama Social 2016 difundido en el dìa de ayer.


Entre 2008 y 2015 la desigualdad en la distribución del ingreso de las personas disminuyó en América Latina gracias a la prioridad que le dieron los países a los objetivos de desarrollo social, pero su ritmo de descenso se enlenteció entre 2012 y 2015 y los niveles actuales siguen siendo muy elevados para alcanzar el desarrollo sostenible, alertó hoy la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

La distribución del ingreso es solo una de las dimensiones de la desigualdad analizadas en el informe anual Panorama Social de América Latina 2016, presentado en conferencia de prensa por la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, en Santiago, Chile. El estudio también ahonda en las desigualdades en el uso del tiempo entre hombres y mujeres, en las asociadas a la condición étnico-racial y las que se evidencian en las distintas etapas del ciclo de la vida.

“La desigualdad es una característica histórica y estructural de las sociedades de América Latina y el Caribe, que se manifiesta a través de múltiples circuitos viciosos. Avanzar hacia su reducción significativa es uno de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, suscrita por todos los países de la región en 2015. Esta agenda aboga por que nadie se quede atrás”, expresó Alicia Bárcena.

El coeficiente de Gini para los ingresos personales en 2015 mostró un valor promedio de 0,469 para 17 países de América Latina (0 representa ausencia de desigualdad y 1 desigualdad máxima), un nivel considerado alto. Si bien el índice disminuyó 1,2% anual en promedio entre 2008 y 2012, el ritmo de descenso bajó a la mitad entre 2012 y 2015 (0,6% anual).

Estos avances fueron impulsados por una mejoría relativa de los ingresos laborales de los sectores de menores ingresos, gracias a políticas activas como la formalización del empleo y el aumento real de los salarios mínimos en varios países, explica la CEPAL. También fue notable el incremento de las transferencias monetarias hacia los estratos de menores ingresos.

Pese a lo anterior, a través de un análisis complementario de la distribución funcional del ingreso en la región, se observa que las mejoras distributivas recientes no estuvieron necesariamente asociadas a un reparto más equitativo del capital y el trabajo.

Esta edición del Panorama Social también llama la atención sobre la estructura de la propiedad (de activos físicos y financieros) como un factor fundamental de la reproducción de la desigualdad en la región. Por medio de un estudio de caso, se constata que la distribución de la riqueza es aún más desigual que aquella medida solo por los ingresos corrientes de las personas.

Por ello la CEPAL insiste en la necesidad de impulsar un cambio estructural progresivo en América Latina y el Caribe, que genere empleos de calidad -con derechos y protección social-, mayores niveles de productividad y mejores retribuciones del factor trabajo.

El informe advierte asimismo que las mujeres siguen sobrerrepresentadas en los quintiles de menores ingresos y que su tiempo total de trabajo (que equivale a la suma de las horas dedicadas al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado con aquellas dedicadas al trabajo remunerado) es superior al de los hombres, lo cual limita su autonomía económica.

Las mujeres destinan hasta un tercio de su tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, mientras que los hombres solo un 10%. Más aún, el valor económico del trabajo no remunerado que se realiza en los hogares, y que no se contabiliza en el PIB, equivale aproximadamente a un quinto del mismo, subraya el organismo regional.

La condición étnico-racial es otro factor de desigualdad estructural en América Latina, afirma la CEPAL. En la región viven alrededor de 130 millones de personas afrodescendientes (2015), aproximadamente 21% del total de la población. 

Aunque Brasil y Cuba concentran el 91% del total regional, la población afrodescendiente está presente en todos los países de América Latina. En 14 de ellos se han creado instituciones y mecanismos gubernamentales de combate al racismo y promoción de la igualdad racial, y se ha fortalecido la legislación de protección de sus derechos.

Este grupo de la población también está sobrerrepresentado en el estrato socioeconómico de menores ingresos y sufre desigualdades profundas en todas las áreas del desarrollo social, que se expresan, por ejemplo, en mayores tasas de mortalidad infantil y materna, de embarazo adolescente y de desempleo, y en menores ingresos laborales (en comparación con los no afrodescendientes), revela el estudio.

En el capítulo dedicado al gasto social se señala que este alcanzó en 2015 su máximo histórico: 10,5% del PIB para el gobierno central y 14,5% del PIB para el sector público (como promedio simple regional). La protección social (5%), la educación (4,6%) y la salud (3,4%) siguen siendo las funciones de mayor importancia en relación con el PIB.

Pese a lo anterior, los presupuestos de gasto social 2016-2017 registran contracciones en la mayoría de los países, mientras las estimaciones del PIB son en general de crecimiento moderado, por lo que la CEPAL llama a resguardar y cautelar el financiamiento de las políticas sociales para dar sostenibilidad a los avances alcanzados y hacer frente a los desafíos vigentes.

Para desactivar los circuitos viciosos de la desigualdad es necesario utilizar un enfoque sistémico, recalca la Comisión. Las políticas públicas deben garantizar la titularidad de derechos, se debe reconocer y potenciar el trabajo productivo y de calidad como la llave de la igualdad y como instrumento por excelencia en la construcción del bienestar, y se debe universalizar la protección social a lo largo del ciclo de la vida (la infancia y adolescencia, la juventud, la edad adulta y la vejez), con una mirada sensible a las diferencias, recomienda la CEPAL.

Solo Brasil, Ecuador, Perú y Uruguay incluyen la autoidentificación de los afrodescendientes en censos de población y en las encuestas continuas de hogares.


La desigualdad en América Latina se acentúa por la falta de información estadística sobre los ciudadanos afrodescendientes, indicó la directora de la División de Desarrollo de la Cepal, Laís Abramo, en entrevista a Sputnik.

La Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) publicó el informe anual Panorama Social de América Latina 2016, el cual incluye un capítulo dedicado a los afrodescendientes.

"Una de las primeras manifestaciones de las desigualdades estructurales es justamente la ausencia de información adecuada para medir y analizar la situación de esas poblaciones", explicó Abramo.

La socióloga alertó que se trata de una realidad "donde hay profundas desigualdades estructurales; todavía hay mucho que hacer en la incorporación de esa dimensión a los instrumentos de medición".

Abramo indicó que en América Latina solo Brasil, Ecuador, Perú y Uruguay incluyen la autoidentificación de los afrodescendientes en censos de población y en las encuestas continuas de hogares. Agregó que en 2010 "un número mayor de países" incorporaron la autoidentificación de esta población.


"Esto nos permite ver profundas brechas a lo largo de todo el ciclo de vida, que empieza por ejemplo con las tasas de mortalidad infantil, quizás el indicador más elocuente de la calidad de vida, en todos los países en los cuales disponemos de información", precisó.

En estos casos aseguró que "la incidencia, la tasa (de mortalidad infantil), es mucho más elevada entre los afrodescendientes".

Desigualdad de género y entre diferentes grupos de edad

El informe de Cepal señala que las mujeres dedican hasta 30 por ciento de su tiempo al trabajo doméstico no remunerado contra 10 por ciento de los hombres.

"Eso es algo grave, porque limita la posibilidad de inserción laboral de las mujeres, su autonomía económica, y es más acentuado en los hogares de menores ingresos (…) donde hay un número mayor de niños y niñas y en muchos casos las mujeres están solas, son las jefas de hogar y no tienen cómo comprar esos servicios de cuidado o de reproducción de la vida cotidiana en el mercado", explicó la directora de la División de Desarrollo de la Cepal, Laís Abramo.


Sobre la situación de los menores de edad en Latinoamérica, la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, alertó que "niños, niñas y adolescentes están sobrerrepresentados en los hogares de más bajos ingresos, con consecuencias graves para su futuro".

Al cruzar las variantes perspectiva de género, la etaria y la étnico-racial, se revela que las mujeres afrodescendientes son las más afectadas por la desigualdad.

"Si uno compara los jóvenes que no están estudiando ni ocupados en el mercado de trabajo y compara las jóvenes mujeres afro con jóvenes hombres no afro, el porcentaje de mujeres afro en esa situación es por lo menos el doble que la de los jóvenes hombres no afro, mostrando justamente ese entrecruzamiento en las desigualdades de género, raza y edad", observó Abramo.







Fuente: ACSUN, Lic. Javier Dìaz, CEPAL, Telesur, Sputnik Nóvosti.