Estamos atestiguando una rebelión. Es bello ver la cantidad de protestas y las dimensiones y amplitud de todos los colores, todos los géneros, todas las orientaciones sexuales, todas las etnias e identidades religiosas de Estados Unidos, afirma el doctor Cornel West, profesor en Harvard y Princeton, filósofo y teólogo, y prominente intelectual público afroestadunidense, una de las voces más necesarias y de referencia en esta coyuntura marcada por la ola de protesta antirracista más amplia en medio siglo.
¿Quièn es Cornel West?
West se define como un intelectual público y promotor de la justicia racial a través de las tradiciones de la iglesia afroestadunidense, la política progresista y el jazz. Es integrante de Democratic Socialists of America; autor de 20 libros, entre los que destacan Race Matters y Democracy Matters: Winning the fight against imperialism, orador electrizante y de larga presencia en las luchas progresistas de las últimas décadas. West ofrece historia, música y un profundo conocimiento de la dinámica política y social de este país.
West ha colaborado en tres discos de palabra hablada, en los que tambien participaron Prince, Jill Scott, Talib Kweli entre otros, y también ha colaborado en proyectos de jazz y ha inspirado a un grupo de rap.
West ha colaborado en tres discos de palabra hablada, en los que tambien participaron Prince, Jill Scott, Talib Kweli entre otros, y también ha colaborado en proyectos de jazz y ha inspirado a un grupo de rap.
Al hablar recientemente de las protestas, West indicó: esto ha sido desatado por la muerte de George Floyd (el afroestadunidense asesinado por un policía blanco) combinado con la pandemia, niveles de desempleo masivo tipo Gran Depresión y un neofascista mandando en este Estado-nación.
Sobre las protestas a las que llama una rebelión, subraya que hay una nueva y maravillosa militancia moral, una intensidad cotidiana en protestas pacíficas y la organización local de grupos que en el pasado apenas se hablaban entre sí, pero que ahora están juntos luchando, caminando las calles juntos, y yendo a la cárcel juntos.
Al comentar sobre la ceremonia fúnebre ( 9 de junio de 2020) de Floyd, West dijo que los afroestadunidenses “somos un pueblo que ha sido crónica y sistemáticamente odiado por 400 años, pero que le ha enseñado al mundo tanto sobre el amor… después de 400 años de ser traumatizados queremos ofrecer curanderos; eso es Frederick Douglass, eso es Martin King, Curtis Mayfield. ¿Qué tiene este pueblo negro, tan plenamente subyugado, que quiere libertad para todos? Ese es el gran regalo al mundo precisamente desde las entrañas del imperio estadunidense.
“Tenemos un amor que el mundo no nos puede quitar. La supremacía blanca podría hacer que ser negro sea un delito, pero rehusamos bajarnos a las alcantarillas. Vamos a irnos dando de golpes como Ella Fitzgerald, Muhammad Alí, en nombre del amor y la justicia… Y lo estamos haciendo para todo el mundo”, comentó en entrevista para CNN.
El estallido social que ha durado más de dos semanas y se ha expresado en más de 600 ciudades y pueblos genera nueva esperanza para el país, aunque la crisis actual –salud, económica y violencia racial– muestra a Estados Unidos como un fallido experimento social.
Advierte que el sistema no puede reformarse por sí solo, ya que políticamente a nivel de cúpula Estados Unidos se encuentra entre un matón neofascista en la Casa Blanca y un ala neoliberal con liderazgo agotado del Partido Demócrata. Ante ello, los pobres y los trabajadores negros, morenos, rojos, amarillos, de todo color, son los excluidos y se sienten totalmente sin poder, sin ayuda, sin esperanza, y de ahí la rebelión.
En otra entrevista, resumió así la coyuntura: la respuesta multirracial al asesinato policiaco de George Floyd que ahora se está vertiendo en una resistencia política al saqueo legalizado de la avaricia de Wall Street, el despojo del planeta y la degradación de mujeres y los gays significa que aún estamos luchando, a pesar de todo. Si la democracia radical muere en Estados Unidos, que se diga que hicimos de todo con todo contra las botas del fascismo estadunidense que intentaron aplastar nuestros cuellos.
Repite siempre su famosa frase: La justicia es como el amor, se ve en público.
Fuente: ACSUN, Jornada.
Fuente: ACSUN, Jornada.
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