Serena Williams, se volvió a consagrar en La Catedral del tenis y empieza a superar a grandes de la historia del tenis femenino, como Billie Jean King en número de Grand Slams ganados.
Ahora la menor de las hermanas Williams lleva 13 títulos de Grand Slam en su carrera en singles y cuatro los conquistó en el césped de Wimbledon.
La norteamericana, que en semis tuvo un partido en el que se la vio muy nerviosa, demostró en esta final que la experiencia en este tipo de partidos es importantísima.
El primer set estuvo muy igualado con una Zvonareva sólida y atrevida en un escenario totalmente nuevo para ella. La rusa no se dejó intimidar por la situación, pero cuando sacaba 3-4 y 40-15 a su favor, no pudo cerrar ese game y eso, contra una jugadora como Serena y en una superficie con tan poco margen de error, fue suficiente para que la estadounidense cerrase sin mayores inconvenientes el primer set por 6-3.
A partir de ahí, hubo un monólogo de Serena, que nunca duda y confía en que sus armas son lo suficientemente fuertes como para derrotar a cualquier jugadora si estas funcionan. En la central de Wimbledon, volvieron a funcionar y dio un paso más para entrar en un club muy selecto de la historia del tenis femenino.
Este Wimbledon quedó a la sombra de un Mundial de fútbol que acaparó la atención de todo el mundo, pero el circuito no para y ahora Rafael Nadal podrá también seguir escribiendo su nombre en mayúsculas en la historia del tenis y optará por su segundo título en Wimbledon, algo que muchos dudaban hace apenas unos años, pero el español, sigue evolucionando y demostrando que no tiene límites y juega su cuarta final en La Catedral, guste más o menos.
Fuente: ESPN, ACSUN
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