Ayer se presentó en la Torre Ejecutiva el primer fascículo de una serie que compondrá el “Atlas sociodemográfico y de la desigualdad del Uruguay”, una iniciativa de instituciones públicas como el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales, el área Pobreza, Empleo y Distribución del Ingreso del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración (FCEA), la Comisión Sectorial de Población de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas
Te posteamos un breve resumen de datos que continúan constantes en Uruguay si hacemos un corte desde la perspectiva etnico racial.
Básicamente infantil
La población con al menos una carencia crítica tiene una estructura joven e infantil. El 44% de los niños y niñas tienen al menos una NBI, lo que equivale a unas 306.470 personas. Esta cifra se descompone en 153.441 niños con una NBI, 86.405 con dos NBI y 66.624 niños con tres o más NBI acumuladas. En particular, más de 50% de la población infantil de Artigas, Cerro Largo, Durazno, Paysandú, Rivera, Salto y Tacuarembó se encuentra en esa situación. El indicador es particularmente crítico en Artigas, donde 63% de los niños presenta al menos una carencia crítica.
Los valores descienden dramáticamente en el otro extremo de edad. La población con 65 y más años promedia 23% de personas con alguna necesidad insatisfecha.
Las NBI en los migrantes internos, internacionales y los uruguayos que han retornado al país. Los migrantes internos recientes suman unas 144.354 personas y su estructura por edad y sexo es joven: 16% es menor de 15 años y 48% tiene entre 15 y 34. Del total de migrantes internos recientes, 36% cuenta con al menos una NBI, tres puntos porcentuales por encima de la población no migrante mayor de cinco años.
Por otro lado, 2,4% de la población censada es inmigrante internacional, es decir, proveniente del exterior. Además de que su nivel educativo promedio es más alto que el promedio de la población no migrante, el porcentaje de inmigrantes con al menos una NBI es inferior al promedio. Por su parte, los uruguayos retornados tienen un promedio educativo más elevado que el de las personas no migrantes, pero tienen un menor porcentaje de población sin carencias críticas con respecto a los no migrantes.
Pobreza racial
En el capitulo 5 del informe, a pesar de la fuerte presencia blanca o caucásica entre los censados, la información del censo permitió contabilizar algo más de 250.000 personas que se declararon afrodescendientes y casi 160.000 que se autoidentificaron como descendientes de indígenas. En términos porcentuales, estos valores implican 8% y 5% de la población total, respectivamente. La población afrodescendiente que reside en hogares que tienen al menos una NBI alcanza a 51,3%, la población indígena en esta situación es 36,2%, la asiática o amarilla 35,6% y la población blanca 31,9%.
En particular, el trabajo destaca que la proporción de población negra que vive en hogares con dos o más carencias críticas duplica el valor observado en las otras categorías de ascendencia. Al respecto, concluye que “aun cuando en los últimos años la caída de la pobreza ha beneficiado a toda la población, este proceso no ha sido acompañado por una reducción de la brecha racial”. En este sentido, la tasa de pobreza de la población afrodescendiente continúa siendo más del doble que la del resto de la población.
Fuente: ACSUN, Lic. Javier Dìaz,Mide. Ine.
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