Este miércoles se cumple el 50 aniversario de la marcha a Washington que marcó el principio de una nueva era en la lucha por los derechos civiles de los afro estadounidenses con un discurso pronunciado por el reverendo Martin Luther King, que conmovió al país y al mundo.
Lejos de ser utópico, el ‘Sueño’ que King narró al cuarto de millón de personas que lo oían embelesadas en la explanada del Monumento a Abraham Lincoln en Washington era modesto:
“Yo tengo un sueño –dijo King–. “Sueño que mis cuatro pequeños hijos vivirán un día en un país donde no se los juzgará por el color de su piel, sino por la naturaleza de su carácter”.
Visto desde una perspectiva histórica, pedirle al país un futuro sin segregación racial y en el que todos los estadounidenses pudieran vivir en paz con igualdad y en armonía, a cien años de que Lincoln proclamara la emancipación de los africanos esclavos en los estados de la Confederación y posteriormente en toda la nación, no era algo extravagante.
Fue, sin embargo, un asunto de difícil resolución, incluso después de que Lyndon B. Johnson proclamara dos leyes fundamentales: la Civil Rights Act, en 1964, y la Voting Rights Act, en 1965, y hoy se sigue discutiendo si el ‘Sueño’ se cumplió.
La lucha de MLK y, en general, la de los movimientos en favor de los derechos civiles de los negros han beneficiado también a otros grupos cuyos derechos civiles y humanos no eran respetados en la década de los años 60: latinoamericanos, mujeres, lesbianas, gays y trans.
El porcentaje de graduados de secundaria subió de 25 por ciento en 1960 a 85 en el 2012, y el número universitarios subió de 365.000 a 5,1 millones. Su situación económica también mejoró, pues en 1960 el 56 por ciento de los afroamericanos recibían ingresos por debajo de la línea de pobreza, y para el 2011 el porcentaje descendió a un 28, todavía muy alto y el doble del de los blancos, pero mejor.
El impacto político de ese discurso en Lyndon B. Johnson y en todo el país fue fundamental para transformar la democracia en EE. UU., para acabar con el racismo institucional y para reconocer los derechos civiles de las minorías, pero reconozco que queda mucho por hacer para que podamos decir que el pasado ha sido superado por el presente y que el futuro se ve prometedor.
El pasado 24 de agosto la ciudad de Washington sintiò las mismas sensaciones que hace 50 años atrás.
En el mismo lugar frente al monumento a Lincoln donde habló King, oradores de una amplia gama de sindicatos nacionales, organizaciones por los derechos civiles, de la comunidad afroestadunidense, iglesias, de defensa de migrantes, de la comunidad latina, por los derechos de las mujeres y los gay, figuras como el reverendo Jesse Jackson, el legendario cantante Tony Bennett, el reverendo Al Sharpton (principal organizador del acto con su organización, National Action Network) y el hijo de King, además de figuras políticas, incluido el procurador general de Justicia Eric Holder y la lider de la bancada demócrata en la Cámara Nancy Pelosi, recordaron el sueño de King por una sociedad que cumpla los ideales democráticos y la igualdad racial y económica.
Enfatizaron que el acto no era sólo para recordar, sino para resucitar el movimiento en demanda del sueño. Se resaltaron las luchas libradas por las nuevas generaciones (jóvenes en batalla por los derechos de los migrantes, estudiantes defendiendo la garantía a la educación, jóvenes respondiendo ante la violencia contra ellos por autoridades y leyes, entre otros), sobre todo ante los nuevos desafíos, como intentos por suprimir el voto efectivo de las minorías.
El representante federal John Lewis, quien hace 50 años fue el orador más joven único sobreviviente del elenco principal que habló en la marcha del 28 de agosto de 1963 declaró hoy ante la multitud:
"No nos podemos rendir, no nos podemos doblegar. Yo fui arrestado 40 veces durante los años 60, golpeado hasta quedar inconsciente y sangrando. Pero no estoy cansado, estoy listo para luchar y continuar luchando, y ustedes tienen que luchar".
Otros de los principales temas hoy abordados, tanto por los oradores como en pancartas y camisetas de los participantes que llegaron de múltiples puntos del país, eran la violencia contra jóvenes de minorías, señalando el caso del joven Trayvon Martin, asesinado en Florida (cuyos padres hablaron desde el podio) por un vigilante armado que hace un mes fue exonerado por un jurado; nuevos intentos por obstaculizar el voto de las minorías, tanto por decisiones recientes de la Suprema Corte como mediante nuevas leyes en Texas y Carolina del Norte; el asalto contra los derechos laborales, y migración, que para muchos es un nuevo movimiento por las garantías civiles.
Lana Shells, de 69 años, no pudo llegar a la primera marcha en 1963, pero hoy se sumó a la multitud. No pensaba que después del doctor King estaría aquí llorando por los mismos temas. Pienso que nos quedamos dormidos y ahora necesitamos despertar todos, pobres, negros e hispanos, comentó en entrevista con el Washington Post.
La fecha exacta del aniversario, el próximo miércoles 28, se celebrará con diversas ceremonias y discursos del presidente Barack Obama y los ex mandatarios Bill Clinton y Jimmy Carter
La organización desplegò fuertes medidas de seguridad para los accesos al monumento a Lincoln ante las estimaciones de que más de 100.000 personas participarán en los actos de ayer.
Ciudadanos procedentes desde todos los rincones del país comenzaron a ocupar las inmediaciones del citado monumento rodearon el lago artificial que se encuentra a sus pies listos para una larga jornada de celebraciones y reivindicaciones de los derechos civiles en Estados Unidos.
"No pude venir a la marcha de hace 50 años y lo lamento muchísimo, por eso vengo hoy aquí. Lo que ha pasado últimamente con la legislación del derecho al voto y sobre armas es demasiado", dijo a Efe Thomas Harris, procedente de Atlanta (Georgia).
"Estamos retrocediendo. Lo que nos enseñó Martin Luther King es que tenemos que respetar a todas y cada una de las personas, y en ese sentido aún queda mucho por caminar", agregó.
Cincuenta años después, EEUU se encuentra bajo el segundo mandato del primer presidente negro de su historia, Barack Obama, quien aprovechará la efeméride para emular, desde el icónico monumento a Abraham Lincoln, al reverendo King, de quien en reiteradas ocasiones ha declarado que es una fuente de inspiración para él.
Sin embargo, la participación de Obama en los actos conmemorativos del 50 aniversario deberá esperar hasta el miércoles -fecha exacta de la efeméride-, cuando el mandatario pronunciará un discurso junto a los expresidentes Bill Clinton y Jimmy Carter.
Fuente: ACSUN, Lic. Javier Dìaz, notinor.
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