martes, 2 de mayo de 2017

Arbitro de fùtbol italiano desconce las recomendaciones de FIFA contra el racismo

Sulley Muntari jugador profesional de serie A, denuncio cánticos racistas en pleno partido Cagliari-Pescara





El racismo en los campos de la Serie A sigue siendo noticia.  El pasado 30 de abril de 2017, el caso más polémico de la última jornada fue el de Sulley Muntari, que abandonó el Cagliari-Pescara por los abucheos racistas de los tifosi locales.


El mediocampista declaró después del enfrentamiento que, antes del descanso, le regaló su camiseta a un niño que (con sus padres al lado) le gritaba insultos, explicándole que "esto no se hace". A pesar del bonito gesto, desde el fondo del estadio Sant'Elia en la segunda mitad siguieron llegando abucheos y cánticos ofensivos, y el jugador le pidió al árbitro Minelli parar el partido. El colegiado no lo hizo, y además lo amonestó por protestas; como reacción, el biancoazzurro abandonó el césped indignado, a pocos minutos del pitido final.


El domingo 30 de abril, llegó la noticia que le echó todavía más sal a la herida del ghanés: el futbolista ha sido expulsado y deberá perderse por sanción la próxima jornada. La segunda tarjeta amarilla llegó justo por su abandono del campo, decisión que el árbitro notificó al capitán del Pescara, como exige el reglamento en estos casos. 

Antecedentes de casos similares en Italia. Kevin - Prince Boaten hace un llamado a la FIFA en contra el racismo.

Una situación difícil, que hace cuatro años vivió también Kevin-Prince Boateng, compañero de Muntari en su etapa en el Milán, que hizo suspender por la misma razón un amistoso con el Pro Patria: “Entiendo perfectamente a Sulley – declaró a Sky – En aquellos momentos estás enfadado y triste sobre todo por los que, a tu alrededor, hacen oídos sordos. Combatir el racismo es una responsabilidad de FIFA y UEFA”.

No fue el único caso de racismo en esta fecha del Calcio: el fiscal federal analizará, de hecho, también los 'buu' que se escucharon durante el derbi de Roma, que acompañaron la sustitución del giallorosso Rüdiger. Y en el Inter-Nápoles, además, el defensa azzurro Kalidou Koulibaly fue otra victima de esta bochornosa costumbre: el club local avisó por la megafonía del Meazza que aquel tipo de cánticos pudiera causar la suspensión del partido, pero sin mucho efecto. El histórico exárbitro Paolo Casarin, en las columnas del Corriere della Sera, apoyó la protesta de Muntari: “Antes de sancionar, hay que entender el estado de ánimo de un jugador ofendido. En el extranjero saben que la solución más eficaz es parar el juego”.



Fuente: ACSUN, Lic. Javier Dìaz, corrieredellosport, as.

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