Como lo prometido es deuda, posteamos para nuestros lectores y lectoras estos dos documento.
Del 15 al 19 de noviembre participamos en el Encuentro Iberoamericano del Año Internacional de las Personas Afrodescendientes en el marco de la declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas que nombró al 2011 como el “Año Internacional de los Afrodescendientes”. El encuentro permitió unir los esfuerzos de países de Latinoamérica, África y Europa con el fin de contribuir a la visibilidad y reconocimiento de las contribuciones que las poblaciones afrodescendientes han hecho a nuestro continente.Enviamos relatoria de evento y en adjunto la declaración Del Salvador firmada por nuestro Presidente. donde uno de los componentes principales del documento establece la creación de un fondo internacional destinado a financiar acciones complementarias de políticas públicas de reparación. En el mismo documento se sintetizan los debates realizados por las entidades de la sociedad civil reunidas los días previos a la cumbre de los presidentes.
SINTESIS DE LA RELATORIA DEL ENCUENTRO AFRO XXI
Niky Fabiancic
Director Regional Adjunto
Dirección Regional para América Latina y el Caribe
Programa de Las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
Salvador, Bahía, Brasil, 17 y 18 de Noviembre de 2011
El Año Internacional de los Afrodescendientes fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas para “fortalecer las medidas nacionales y la cooperación regional e internacional en beneficio de los afrodescendientes en relación con el goce pleno de sus derechos económicos, culturales, sociales, civiles y políticos, su participación e integración en todos los aspectos de la sociedad, y la promoción de un mayor conocimiento y respecto de la diversidad de su herencia y su cultura”.
Este encuentro, AFRO XXI, une esfuerzos del ámbito latinoamericano y caribeño y de países de África en esta ciudad de Salvador de Bahía –capital afro de América Latina y puente natural entre nuestra región y el continente africano- constituye un hito para contribuir a la visibilidad y reconocimiento a las contribuciones de las poblaciones afrodescendientes en nuestro continente, cuya diversidad se construyó y sigue desarrollándose principalmente a partir de una triple vertiente: los pueblos indígenas originarios, las poblaciones de origen europeo y africano, cuyo mestizaje y diversidad caracterizan y valorizan el capital humano de nuestra región.
En las jornadas previas a esta reunión se ha impulsado un debate amplio y participativo entre miembros de la sociedad civil, expertos, funcionarios de gobierno y de los organismos internacionales con más de 2,000 participantes de 16 países de América Latina, 10 del Caribe, 3 de África y 2 de Europa. Se hace imposible reflejar en pocos minutos la riqueza de las ideas y propuestas de los debates de las 21 mesas de estas dos jornadas, pero aquí presentaremos algunos ejes centrales con el ánimo de contribuir a las reflexiones y decisiones que se adoptaran a este nivel cumbre con el objetivo de avanzar en el efectivo reconocimiento y goce pleno de los derechos de los afrodescendientes.
La población afro representa entre el 20 y el 30% -entre 150 y 200 millones- de la población total del continente y en muchos de nuestros países, la población afrodescendiente es mayoritaria – como en el Caribe y este gran país que hoy nos acoge-. La imprecisión de las cifras responde a la “invisibilidad estadística”, y uno de los consensos iniciales alcanzados se resume en “hacer visible la invisibilidad”, tanto desde su magnitud demográfica como de sus aportes a la historia y al desarrollo en todos los países de América Latina y el Caribe.
El debate también acentuó que no se puede concebir nuestra historia y la conformación de nuestras sociedades sin reconocer los aportes de la cultura afro en sentido amplio – en sus manifestaciones artísticas y religiosas, idiomas y comidas, contribuciones a la diversidad y justicia sociales, al desarrollo económico y político-.
El reconocimiento por parte de nuestras sociedades de las contribuciones de los afrodescendientes no solo constituye un acto de reivindicación y justicia, sino también un paso ineludible para avanzar hacia una democracia de ciudadanía plena, que supone asumir un esfuerzo general y focalizado para combatir el racismo, la discriminación, la desigualdad y la exclusión que sufren los afros, no solo por parte de los gobiernos sino también de las sociedades latinoamericanas y caribeñas.
En cuanto a los principales ejes del debate, en primer lugar, se destacaron nuevas estrategias y acciones para el combate al racismo, tanto al racismo generalizado como a los racismos específicos – en especial al institucional. Se reconoció que los movimientos sociales constituyen piezas fundamentales tanto para la reflexión sobre los avances conquistados hasta ahora, como para impulsar la implementación de políticas, el cumplimiento de los tratados nacionales y de las leyes. También, como un factor clave para la condena y resistencia a las muertes de los jóvenes negros, como también promover la inclusión de los afros -hombres y mujeres-, y de esos mismos jóvenes, mediante el acceso a la educación, los servicios de salud y el trabajo decente.
En este contexto, los movimientos sociales y la sociedad civil como un todo fueron convocados a innovar el abordaje a estos desafíos, aprovechar las ventajas y beneficios de las nuevas tecnologías, invertir en la construcción de redes locales, regionales y globales para una acción conjunta cada vez más efectiva por la causa afro.
El segundo eje, – posiblemente el más abordado de este encuentro – fue la visibilizacion con base en la afirmación de la identidad racial – todavía pendiente en muchos países de la región-, como un elemento indispensable para impulsar los mecanismos de reivindicación por la igualdad. En muchas mesas se habló de la identidad racial como determinante para el reconocimiento y goce efectivo de los derechos. En este punto, mucho se discutió sobre la importancia de desarrollar –y por ende asegurar la inversión necesaria- las estadísticas y datos desagregados sobre los afrodescendientes en censos y encuestas, para que los números reflejen el peso demográfico y socio-económico real de las poblaciones afro en los países de la región y sustenten la ejecución y monitoreo de las políticas públicas.
En este eje también, pueden ser incluidas las discusiones sobre la promoción de la participación política y la calificación de los jóvenes, el fortalecimiento de las organizaciones juveniles, y el uso del deporte como un espacio propicio para el desarrollo e inclusión de los afrodescendientes.
Importante mencionar todavía en esta área, el énfasis dado a la baja presencia de los afrodescendientes –principalmente de las mujeres negras – en altos cargos del Estado y de responsabilidad institucional. Esta situación es resultado de una herencia secular –dado que el racismo estructura las relaciones sociales- que se percibe claramente en todas las esferas. Con esta premisa, se habló de la necesidad urgente de repensar la identidad afro para elevar la autoestima y fortalecer la lucha por una mayor participación profesional y representación institucional de los afros –con el objetivo que esas instancias de responsabilidad reflejen realmente la composición étnica de nuestras sociedades-.
Para ello se argumentó que es preciso realizar una aproximación crítica de la historia, rescatar la historicidad negada u olvidada, ampliar el acceso a informaciones sobre la creación de la identidad afrolatinoamericana y caribeña, para un rescate de los orígenes y de la herencia cultural de la diáspora africana.
El reconocimiento de la Herencia Africana en Brasil y el Caribe, título de la obra editada en el 2011 por la Fundación Alexandre Gusmão del Ministerio de Relaciones Exteriores del Brasil fue tema ampliamente analizado en cuatro mesas que reforzaron el debate sobre esta temática.
Igualmente importante fue la discusión sobre el racismo y las representaciones mediáticas. Se concluyó que el lenguaje crea la realidad. Por eso se debe garantizar un trato lingüístico en los medios de comunicación que elimine el lenguaje discriminatorio y estereotipado.
El tercer eje de las discusiones de estos dos días se refiere a las políticas públicas y las garantías de los derechos. Se intercambiaron ideas, opiniones y experiencias sobre diversos temas que fueron desde la necesidad de políticas afirmativas para el combate a la desigualdad hasta el acceso a la justica y a mecanismos institucionales que permitan acciones concretas contra las injusticias. Se destacaron los avances en ciertos países de la institucionalidad estatal para el combate al racismo y la promoción de la igualdad racial. En este sentido, se destaca, por ejemplo, la creación y labor de la Secretaria de Políticas de Promoción de Igualdad Racial (SEPPIR) en Brasil. También en este punto, se habló mucho de la promoción de la ciudadanía de los afrodescendientes, mediante el empoderamiento por medio de mecanismos afirmativos de educación que reconecten las contribuciones de la cultura afro, que alcancen no solo a la población afro sino también a la sociedad en general, como mecanismo de convergencia y cohesión social.
La cuestión de la salud de la población negra se mostró también como un punto relevante de este eje en los debates. Se destaco especialmente el acceso y la calidad de la salud que incluye aspectos culturales, financieros y organizacionales, como dimensiones críticas de sensibilización y de interculturalidad en áreas de población negra mayoritaria, al igual que acciones de protección de la niñez afro para asegurar efectivamente la igualdad de oportunidades.
La necesidad de políticas de rescate de la memoria y de reconocimiento de territorios de identidad étnica también fue abordada.
Un eje transversal de extrema relevancia fue el correspondiente a la mujer afro y a los jóvenes, dado que la discriminación se multiplica por género, etnia, edad y nivel de pobreza. Además los jóvenes también sufren de manera particular la violencia y la exclusión, reclamándose políticas específicas que den respuesta a esas situaciones.
Otra dimensión transversal considerada es la cooperación Sur-Sur, tanto entre países de América Latina y Caribe cuanto de estos con África. Existen buenas prácticas que pueden contribuir al diseño y ejecución de las políticas públicas que impulsen un desarrollo humano pleno o sea que incluya el combate al racismo y la promoción de la igualdad racial desde la perspectiva de los derechos humanos.
No habrá democracia plena ni desarrollo sin la inclusión de todos los grupos poblacionales, en particular los más vulnerables y marginalizados. Por ello se reclaman políticas públicas eficientes de inclusión social de la población afro: mejor educación, mejores centros de salud, planes de vivienda y de empleo focalizados. No es posible alcanzar sociedades más justas y equitativas si todos los individuos no gozan de manera efectiva y plena de sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, para lo cual los valores de igualdad, solidaridad y no discriminación –fundamentados en la dignidad humana- deben convertirse en resultados concretos para un desarrollo humano y una democracia ciudadana.
Las Agencias de las Naciones Unidas están altamente comprometidas con la causa de la igualdad y la lucha contra el racismo y la discriminación. Lo rechazamos con todas nuestras fuerzas. Para este encuentro tan significativo, el PNUD, UNFPA y UNESCO y CEPAL han hecho aportes sustantivos y financieros importantes que confirman nuestra determinación. Quiero que sepan todos que pueden confiar en las Agencias de Naciones Unidas como sus aliados para luchar por esta noble causa. Agradezco y felicito al Gobierno de la República Federativa de Brasil por haber convocado esta Cumbre y a la Secretaria General de la Cumbre Iberoamericana por habernos invitado a sumarnos como socios en este esfuerzo de gran trascendencia regional.
La región tiene una deuda histórica con su población afrodescendiente que debe ser saldada y este evento de conmemoración del Año Internacional de los Afrodescendientes, de reconocimiento y de compromiso renovado, constituye sin dudas un hito importantísimo en la lucha por la igualdad y contra el racismo y la discriminación y nos ha dejado a todos altamente motivados, unidos y con una agenda clara para el futuro.
CUMBRE IBEROAMERICANA DE ALTO NIVEL PARA CONMEMORAR EL AÑO INTERNACIONAL DE LOS AFRODESCENDIENTES
"DECLARACIÓN DE SALVADOR"
Los Jefes de Estado y de Gobierno de la República Federativa de Brasil, de la República de Cabo Verde, de la República de Guiné, de la República Oriental de Uruguai, el Vice-Presidente de la República de Colombia, la Ministra de la Cultura de Angola, el Ministro de la Cultura, de la Alfabetización, de la Artesanía y del Turismo de la República de Benin, el Ministro de la Cultura de la República de Cuba y la Ministra de la Cultura da República de Peru se reunieron en Salvador/Bahía, Brasil, el 19 de noviembre de 2011, para conmemorar el Año Internacional de los Afrodescendientes, como fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas por medio de la Resolución nº 64/169 del 18 de diciembre de 2009.
Convocada por el Gobierno de la República Federativa de Brasil, el Gobierno del Estado de Bahia y por la Secretaría General Iberoamericana, con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas, los objetivos primarios de la Cumbre eran dar visibilidad a las contribuciones sociales, culturales, políticas y económicas de los Afrodescendientes para América Latina y el Caribe para aumentar el conocimiento de la situación vulnerable en la cual la mayoría de esta población vive y recomendar estrategias nacionales, regionales e internacionales para promover la inclusión total de personas de ascendencia africana y superar el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y formas conexas de intolerancia.
Los Jefes de Estado y de Gobierno:
Enfatizaron que la Cumbre asumió una relevancia particular, teniendo en cuenta que América Latina y el Caribe tienen la mayor población de de los Afrodescendientes, calculada en 150 a 200 millones de personas, y fue el destino primario de la diáspora africana;
Recordaron el décimo aniversario de la Declaración y el Programa de Acción de la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, realizada en Durban, África del Sur, en 2001, que representa una agenda antidiscriminación significativa en nombre del desarrollo de estrategias nacionales y coordinaron las políticas internacionales y regionales para combatir el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia en todo el mundo;
Enfatizaron que la Declaración y el Programa de Acción de Durban y la Declaración y el Programa de Acción de la Conferencia Regional de las Américas en Santiago, Chile, en diciembre de 2000, reconocieron expresamente el derecho de personas de ascendencia africana a su propia cultura e identidad, a la participación igual en la vida económica y social, al uso y la conservación de recursos naturales en tierras ancestralmente habitadas, a la participación en el desarrollo de sistemas y programas educativos y a la libre práctica de religiones africanas tradicionales;
Basados en la Declaración y el Programa de acción de Durban y en la Declaración y Programa de Acción de la Conferencia de las Américas, se comprometieron a implantar políticas públicas orientadas a la promoción de la no discriminación y de la inclusión social, cultural, económica y política de personas de ascendencia africana, inclusive por medio de medidas de acción afirmativas;
Reconocieron que, a pesar del progreso alcanzado en diversos países de América Latina y del Caribe para promover los derechos de de los Afrodescendientes, todavía existen grandes desafíos para garantizar la inclusión total de este segmento de la población en condiciones iguales en la vida social, cultural, económica y política, teniendo en cuenta diferentes realidades nacionales;
Inspirados por los principios de la inherente dignidad de la persona humana y de la igualdad entre todas las personas consagradas en los instrumentos internacionales relacionados con la promoción y la protección de los derechos humanos, se comprometieron a combatir la exclusión social y la marginación de personas de ascendencia africana, identificadas como las causas básicas y los factores agravantes que estarían por detrás de la discriminación de las cuales ellas son víctimas primarias;
Reafirmaron su compromiso determinado con la eliminación completa e incondicional del racismo y de todas las formas de discriminación e intolerancia;
Enfatizaron que la magnitud de las contribuciones de de los Afrodescendientes para la formación social, cultural, religiosa, política y económica de los Países de la región debe ser valorizada y reconocida;
Enfatizaron la necesidad de dar valor y reconocer la contribución social, cultural, religiosa, política y económica de de los Afrodescendientes en la creación de los Países de la región y enfatizan que este proceso de contribución todavía está en curso en los días actuales;
Enfatizaron la importancia de preservar y diseminar el rico legado de África y de de los Afrodescendientes para la construcción y el desarrollo de los países de América Latina y del Caribe. Enfatizaron que la construcción de la identidad nacional en los Países de América Latina y el Caribe está íntimamente vinculada en diversos grados al conocimiento de la historia y de las culturas africanas;
Enfatizaron el rol central de la educación en la prevención del prejuicio, la discriminación racial, la xenofobia y formas conexas de intolerancia. Para este fin, expresaron su apoyo a la introducción de programas en sistemas de educación para promover el desarrollo integral de la personalidad humana, reforzar el respeto a todos los derechos humanos, valores democráticos y libertades fundamentales, así como a los antecedentes históricos, religiosos y las necesidades culturales diversas y únicas de cada nación y estimular el entendimiento, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y grupos raciales y religiosos;
Enfatizaron la importancia de garantizar a de los Afrodescendientes los derechos fundamentales consagrados en los instrumentos internacionales para la promoción y la protección de los derechos humanos;
Enfatizaron la importancia de recoger datos estadísticos desagregados para la formulación y la implantación de políticas públicas eficaces para aumentar las oportunidades iguales para de los Afrodescendientes en relación con los ciudadanos de la región en su conjunto y para superar su invisibilidad sistemática en muchos países;
Condenaron la violencia y la intolerancia contra comunidades religiosas africanas. Reconocieron que la coexistencia pacífica entre religiones en sociedades multiculturales y multirraciales y países democráticos es fundada en el respeto a la igualdad y la no discriminación entre las religiones y la separación entre las Leyes del País y los preceptos religiosos;
Se comprometieron en enfrentar los altos niveles de victimización entre jóvenes, niños y mujeres afrodescendientes con base en las políticas de seguridad basadas en los derechos del ciudadano y centralizada en la protección de personas por medio de la adopción de medidas de prevención de la violencia;
Se comprometieron en trabajar juntos para combatir la desigualdad, la pobreza y la exclusión social mediante la cooperación y el intercambio de experiencias. Para este fin, ellos reafirmaron su determinación de implantar una agenda social rigurosa de acuerdo con las responsabilidades asumidas bajo compromisos internacionales acordados, inclusive los Objectivos de Desarrollo del Milenio;
Reconocieron la necesidad de garantizar el progreso en la integración de la perspectiva de género en las medidas y programas adoptados para enfrentar el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y otras formas conexas de intolerancia, con vistas a combatir el fenómeno e formas múltiples o agravadas de discriminación contra las mujeres;
Reconocieron el rol fundamental de la sociedad civil en el combate al racismo, la discriminación racial, la xenofobia y otras formas conexas de intolerancia, particularmente en el apoyo a los gobiernos en el desarrollo de reglamentos y estrategias, en la implantación e medidas y en la realización de acciones contra estas formas de discriminación y por medio del seguimiento de la implantación;
Enfatizaron la importancia de combatir la impunidad en manifestaciones y prácticas e racismo, la discriminación racial, la xenofobia y formas conexas de intolerancia en deportes, un fenómeno del cual frecuentemente son víctimas de los afrodescendientes.
Dieron la bienvenida a la realización de la Copa del Mundo FIFA 2014 y de los Juegos Olímpicos de Verano de 2016 en Brasil y enfatizaron la importancia de que se realice un esfuerzo para garantizar que los dos eventos promuevan el entendimiento, la tolerancia y la paz entre países, pueblos y naciones y fortalecer los esfuerzos para combatir el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia;
Para demostrar su compromiso firme con el avance de la cooperación como un medio de promover la inclusión plena de de los afrodescendientes en la sociedad dentro de sus respectivos países, superar el racismo y la discriminación racial y tomar en cuenta diferentes contextos nacionales, los Jefes de Estado y de Gobierno decidieron:
Establecer el "Observatorio de Datos Estadísticos sobre los Afrodescendientes en América Latina y el Caribe". El objetivo del Observatorio será obtener, a partir de las informaciones ofrecidas por instituciones nacionales encargadas de datos estadísticos, recopilar y diseminar datos y estadísticas sobre la situación de personas de ascendencia africana en los niveles regional, nacional y local en las diferentes esferas de la vida social, incluyendo, entre otras cosas, educación, empleo, salud, justicia, política, cultura, deporte y recreación, como sea apropiado, con vistas a apoyar a los Gobiernos, con base en sus funciones y prioridades específicas, para que formulen e implanten políticas públicas para promover los derechos de personas de ascendencia africana. El local de la sede y las disposiciones de costos del Observatorio serán determinados por un acuerdo mutuo de los Países Participantes y de la Secretaría General Iberoamericana.
Establecer el "Fondo Iberoamericano en Beneficio de de los Afrodescendientes", basado en contribuciones voluntarias, su objetivo será financiar proyectos y programas dedicados a la preservación de la cultura, la memoria y las tradiciones africanas. Los proyectos y programas serán proyectados para estimular, entre otras cosas, la creación, la circulación, la protección y la diseminación de bienes culturales, servicios y valores de poblaciones de ascendencia africana, inclusive por medio de la promoción del espíritu emprendedor. El fondo, que debe ser administrado por la Secretaría General Ibero-americana, será utilizado también para administrar programas de educación y culturales en beneficio de personas de ascendencia africana, tomando en cuenta la perspectiva de género.
Recomendar el establecimiento de una "Década de de los Afrodescendientes en América Latina y el Caribe", cuyo esfuerzo podrá ser formalmente implantado por los Países Miembros de la Conferencia Iberoamericana, con el objetivo de estimular las iniciativas de cooperación Sur-Sur y triangulares en conjunto con los esfuerzos nacionales, con base en las buenas prácticas de políticas públicas orientadas a promover la inclusión de personas de ascendencia africana y enfrentar el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y otras formas conexas de intolerancia.
Proponer la declaración simbólica de Salvador, Bahía, como la capital iberoamericana de personas de ascendencia africana.
Ver link relacionados:
http://acsunuruguaynegro.blogspot.com/2011/11/asi-se-pararon-los-gobiernos-en-bahi-en.html
Fuente: INMUJERES, ACSUN, Lic. Javier Dìaz