viernes, 30 de abril de 2010

Después de las mañanas, Primer CD de Lucila Rada

Lista de temas del disco


01 So sexy so lost
02 Después de las mañanas
03 Vive tu soledad
04 La rutina mata
05 Lobo mudo
06 Siglo negro
07 Estoy aquí
08 No me sale
09 ¿Hasta cuando?
10 Zorros




Después de las mañanas, su primer CD, luego de cuatro años de trabajo.


Lucila Rada suele andar con un grabador de mano y un cuaderno. El mismo método de composición que usa su padre: cuando la inspiración le empieza a tejer una canción, Lucila la canta, se graba y va escribiendo la letra. De ese modo, como un diario íntimo cantado, fue surgiendo la mayoría de los temas que integran


Después de las mañanas, el primer disco de Lucila que acaba de editarse en Uruguay.

Se caracteriza por ser un disco Pop - rock pero muy intimo, con caracter biográfico



De 29 años, nacida y residente de Buenos Aires, pero mitad uruguaya, Lucila Rada comenzó a trabajar en su disco hace por lo menos cuatro años. A partir de entonces, las grabaciones caseras se fueron transformando en mejor sonido y letras.

En todo el proceso ayudó el padre, Ruben Rada, y los músicos Nicolás Ibarburu, Gustavo Montemurro, Mariana Lucía y otros que fueron autores o invitados a tocar de algunos temas. La producción corrió por cuenta de Francisco Fattoruso.


Al diario El País de Montevideo dijo la Artista Afro mitad argentina - mitad uruguaya:

“Ver el disco es rarísimo, trato de tomármelo como un juego. Durante la grabación estás con los pies sobre la tierra, vas viviendo el proceso, pero cuando lo veo me parece un sueño. Igual, voy pasito a pasito porque un primer disco también asusta: ¿gustará?, ¿cómo caerá en la gente?... no sé, todo es nuevo.
Volverá en breve a la conducción de Cantando en la oficina. El ciclo de Parque jurásico se ha transformado en 2010 en programa y ella estará al frente junto a Maxi de la Cruz. Comienzo: mayo o julio.

—¿Por qué Después de las mañanas?

—Al principio iba a ponerle Siglo negro, que es el título de otra canción del disco, pero pensé que en las notas o cuando me preguntaran el por qué del nombre iba a ser medio peleador. Así como hubo un siglo de las luces, creo que este es un siglo en que empiezan a darse muchas reivindicaciones de la raza tanto en lo artístico como político. Eso es lo que plantea la canción. Pero ponerla como título de un primer disco era arrancar con algo medio pesado, que iba a tener que defender con gente que a lo mejor no le iba a caer bien. Entonces, me incliné por Después de las mañanas, que es una canción que Gustavo (Montemurro) me regaló y tiene que ver con un despertar a mi carrera, a la música.

—¿Qué aspiraciones tenés con este disco y qué miedos?
—Tengo más miedos que aspiraciones. Básicamente, quiero empezar. Tuve y tengo una personalidad bastante tímida; tengo la ayuda pero también la carga del apellido. Entonces, más que nada este disco implica un “me voy a animar”, voy a arrancar. También, claro, quiero que la gente se cope con las canciones y lo acompañe en algún momento de su vida.

—Es extraño que una conductora de TV se diga tímida...

—No sé. En la televisión hice cosas que fui probando y que salieron bien. Tengo la pretensión de aprender y por suerte, en cada cosa que he trabajado me tocó hacerlo con gente muy experiente al lado. Cuando hice la ficción en Buenos Aires (Reinas magas) había actores impresionantes en el elenco y el año pasado, con Parque Jurásico, estaban Cacho (de la Cruz) y Julio (Alonso) que tienen un montón de años de tele y fueron muy buenos compañeros. Yo trato de dar un poco de lo mío, pero también de aprender y quedarme en el molde. En algún momento, saldrá Lucila con todo. ¡El gran destape! (risas)
_Pero de a poquito, no de golpe.

—¿Esa prudencia es más uruguaya que argentina?


—Puede ser. Yo nací y vivo en Buenos Aires, pero tengo toda la data uruguaya. Y puede ser que esto de ir despacio tenga que ver con este lado. Allá, hay gente más desfachatada.

—¿Cómo va a ser la presentación del disco?
—Todavía no le tengo claro. Voy a tener que armar dos bandas;_una en Argentina y otra en Uruguay. Pero antes de eso, me parece que el disco tiene que sonar un poco, ver qué pasa con la gente.

—¿Qué tan decisivo es el apellido en tu vida?
—Es decisivo. No el apellido, sino el haber vivido así. En realidad, no viví cerca de mi padre toda la vida porque él se separó de mi vieja, y se fue a México. Recién cuando volvió a Montevideo, por el año 95, empecé a estar más cerca de él. Tenía 15 años y ahí entendí realmente, me vino todo el peso de quién era Rada. Si bien en Argentina es famoso, no es lo mismo estar caminando con él por las calles de Montevideo. Hay gente que le gusta más o menos, pero es un tipo muy querido. Yo soy otra persona que pretende hacer un camino propio: que me quieran o no por lo que hago. Igual, está bueno también ser la hija de Rada, el cariño viene como por propiedad transitiva y hasta ahora me ha ido bien. Pero a su vez está el miedo de decepcionar o que la gente no entienda que, así como yo recién estoy empezando, Rada en algún momento también empezó. Debe haber tenido miedos y errores y ahora está ahí. En cambio, en mi mente está eso de llegar ya, ya. Una obligación que está mal y se necesita mucha terapia para sacarla.

—¿Vas a terapia?
—Mucho. Estoy en un momento de mi vida en que la necesito. Soy bastante... rebuscada no es la palabra, pero una chica enroscadita de pensamientos. Hay gente que es más liviana que parece que la pasan mejor. Yo elijo vivir dentro de esa onda de reflexionar, ir para atrás y adelante, pensar mucho en las cosas.

—¿Cómo te definirías como artista y como mujer?

—Como artista, soy una exploradora, una persona que tiene el bichito de ser artista pero a la vez esa timidez que no sabía si iba a poder. Pero me voy descubriendo y veo que puedo seguir. Como mujer, digo lo que escucho que me dicen: tengo una mezcla de mujer-niña y soy bastante intensa para todo, para lo bueno y para lo malo.

—El primer tema , So sexy, so lost (Tan sexy, tan perdida), ¿a qué se refiere?

—Cuando lo escribí estaba pensando en una amiga que hoy no estoy tan cerca de ella. No voy a decir el nombre porque es conocida también. Siempre por fuera se la veía muy sexy, muy segura, pero por dentro estaba perdidaza.

—Una canción con algo de autobiográfico entonces...

—Sí, los primeros temas tienen mucho que ver conmigo. Vive tu soledad es una canción que le dedico a un ex. Estábamos en las últimas y fue como diciendo: bueno, está bien, vive tu soledad. Después de las mañanas tiene también eso de la historia de amor fallida, que dura desde la noche hasta después de la mañana. O te vas o te van. Es una canción bastante depre en realidad, pero también la frase me sirvió para esto de nacer, de empezar, aunque la letra viene por también por ese lado de un amor que termina después de las mañanas.
Lobo mudo, otra de las canciones, es un tema de las contradicciones de una persona; el lobo se define por el aullido y al no tenerlo, es una impotencia muy fuerte. Pienso en una persona que era todo el tiempo así: mucho amor, mucho dolor, mucha diversión, mucha tristeza.

—Hay también dos temas de tu padre: La rutina mata y Zorros, ¿porque los incluiste?

—El primero me identifica mucho, en encanta. La rutina es el óxido de todo, no solo en el amor. Y Zorros, que es el último tema del disco, es una especie de broma. Eso de los hombres son unos zorros que te dejan plantada. Está bueno, es un tema distinto.

—¿Ser negra te significó algún problema alguna vez?

—Cuando era más chica. Los chicos son re crueles, entonces en la niñez o adolescencia, bueno... recibís insultos. Pero ahora tengo la teoría de que lo negro se está poniendo de moda, aunque no sé si ese es el término. Hay más aceptación. De eso habla Siglo negro, hay como una fascinación por cómo cantan los negros, cómo bailan, hay Oscar, hay un presidente de Estados Unidos. Pero a mí también me tocó una época en que era difícil.


Fuente: Diario El Páis de Montevideo.

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