martes, 17 de noviembre de 2015

La jerarquia de la muerte el olvido de las victimas en Nigeria



El ataque a Charlie Hebdo y la reacción de la opinión pública francesa han dominado las portadas de los periódicos y revistas de todo el mundo. Pero muchos se sorprendieron con menos atención a la ofensiva de la secta islámica Boko Haram en el noreste de Nigeria, que podría añadir hasta 2.000 muertos en las acciones que incluyeron el envío de un mercado de una niña de 10 años de edad, con explosivos atados al cuerpo, causando su muerte y las otras 19 personas.


La prensa anglosajona comenta la "jerarquía de la muerte", es decir, el hecho de dar más cobertura a algunas de las víctimas que otros, sobre todo en las noticias internacionales. Esta jerarquía se ve influida por muchos factores, que se pueden dividir en dos grupos: la proximidad y la calidad de la información.


1. Proximidad. Estamos preocupados por lo que sucede en Europa o Estados Unidos. El análisista Jacoba Urist en The Atlantic recuerda cómo el New York Times publicó más de 2.500 obituarios de los fallecidos en los atentados del 11 de septiembre de 2001, que El País también hizo con los muertos en el ataque islámico de 11 de marzo, 2004 en Madrid.


"Toda la información es local", dice el periodista Miguel Ángel Bastenier, de El País, "y resuenan las noticias internacionales es la proximidad y los lazos que tenemos con estos países, y también por la calidad de la información que podamos conseguir." Agrega que "se requiere en Nigeria, y los informes", pero estos dos factores significa que hablar más sobre el ataque a Francia que en muchos otros conflictos.




A principios de año, tres terroristas asesinaron en París a 12 personas en la sede de la revista satírica francesa Charlie Hebdo. Las reacciones no se hicieron esperar. La comunidad internacional se movilizó inmediatamente, la prensa de todo el mundo dio cobertura al suceso y decenas de líderes internacionales se manifestaron por las calles de París. Unos cuantos tuvieron la desfachatez de presentarse allí a pesar de ser firmes detractores de cualquier comportamiento que proteja los derechos humanos. 

Cuatro meses después, la organización islamista somalí Al Shabaab asesinaba en la universidad keniata de Garissa a 147 estudiantes. La noticia apenas ocupó durante dos días las portadas de los principales medios. Ningún líder internacional decidió ir a allí a manifestarse, incluso alguno llegó a confundir Kenia con Nigeria. 

Todas las víctimas merecen el mismo respeto, pero parece que no es lo mismo defender la libertad de expresión en Europa que el derecho a estudiar en África. Seguramente sea un argumento demagógico y oportunista. 

Dicen los expertos que existen dos aspectos fundamentales para explicar porqué nuestra sensibilidad es diferente: la proximidad y la facilidad para acceder a la información. 


La proximidad: las notas de la regiòn sobre salen mas las de Amèrica Latina y Estados Unidas que las de otras latitudes, sin embargo las de Europa y Medio Oriente tienen menos replica y la calidad de la informaciòn


La calidad de información, para casos como los de África o el Medio Oriente se apela a los agencias de noticias, sin embargo si no cuenta con suficiente información el hecho queda con ligeras menciones y coberturas lo que deja en riesgo de deshumanizar el conflicto.

Aunque el tema vas más allá, a nosotros nos afecta más lo cercano porque lo demás “son meramente estadísticas”

“Aquí están los criterios: muertes extranjeros siempre están por debajo muertes domésticas. Del mismo modo, sobre la base de que todas las noticias son locales, las muertes en el hogar ofrecen historias de interés humano que la gente quiere saber sobre, mientras que las muertes de los extranjeros son meramente estadísticas.” Explica Roy Greenslade en el artículo de The Guardian.

Owen Jones, también de The Guardian, describe la idea del término como “Algunas vidas valen más que otras” y que “olvidamos las guerras en los países sin peso estratégico”, en clara oposición a la “jerarquía de la muerte”.




Nuestro respeto a las victimas en Europa y África y nuestra solidaridad que no jerarquiza.



Fuente: ACSUN, Lic.Javie Dìaz, Elpais, Capital.

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