Profesores universitarios, investigadores, catedráticos, actores, cantantes, bailarines, modelos, directores de cine, emprendedores, arquitectos, escritores, periodistas, antropólogos, expertos en derechos humanos, médicos, activistas, especialistas en migraciones, abogados, políticos… Todos miran desde la fachada del Museo Nacional de Antropología de Madrid a los transeúntes que caminan por las calles aledañas al edificio. Son los rostros de la exposición fotográfica ¡Somos Afro!, de José Luis Simón. Ellas y ellos son solo un pequeño ejemplo de lo mucho que la comunidad afrodescendiente aporta desde hace décadas a la sociedad española.
“La idea es hacer un reconocimiento a toda su labor. Claro que se reconoce a personajes que tienen renombre, pero la idea es simbolizar todo el aporte de la comunidad afrodescendiente. Son afrodescendientes o personas africanas que llegan aquí. Y se incluye también, en algún caso, a personas que no son afrodescendientes, pero que tienen una cierta relación con ese colectivo”, explica Luis Pérez Armiño, conservador del museo.
En la muestra, las rejas del edificio se convierten en cómplices de los visitantes. En ellas cuelgan paneles que permiten identificar a los retratados y conocer un poco más sobre ellos. Un conjunto que viene complementado por una serie de escritos que ofrecen contexto a la exhibición.
“Desde el punto de vista museográfico no deja de ser curiosa una muestra fotográfica en el exterior del edificio. También tiene un juego simbólico porque esta es una exposición que forma parte del ciclo Démosle la vuelta al mundo que celebra el V centenario de la vuelta al mundo de Magallanes-Elcano. Al abordar el trayecto africano, Elcano sale desde las islas Molucas y trata de evitar en todo momento el continente africano”, continúa el experto.
Lo hace porque allí están los lusos. Cuando castellanos y portugueses se repartieron el mundo en 1494 con la firma del Tratado de Tordesillas, los últimos se quedaron con todo el continente africano.
Por eso, era peligroso para Elcano acercarse a sus costas. Las evitó todo lo que pudo, tocándolas solo cuando el hambre y la sed no le dejaban otra alternativa, hasta llegar a Cabo Verde.
A la hora de hablar de personas negras, la conversación en los medios de comunicación es pendular: o resaltan en negativo a manteros y viajeros en pateras, o en positivo adulando a deportistas de élite
Con las fotografías de José Luis Simón, el museo desea recordar esa etapa africana. Pero en vez de huir de aquellas tierras, ha querido que la comunidad afrodescendiente que vive en España ocupe sus muros exteriores. Así, el visitante podrá circunnavegar simbólicamente el edificio y conocer de primera mano a algunas personas que, con sus aportaciones, han resultado y resultan fundamentales en la construcción de una sociedad más justa, en la que la discriminación no debe tener lugar. “Por eso, esta vez sí nos acercamos a las costas de ese continente, a través de las trayectorias profesionales y humanas de este nutrido grupo de personas que han decidido contribuir a crear entornos de convivencia y de igualdad efectiva”, asegura la introducción a la exposición.
“Siempre me ha llamado la atención cómo a la hora de hablar de personas negras, la conversación en los medios de comunicación es pendular. O resaltan en negativo a manteros y viajeros en pateras, o en positivo adulando a deportistas de élite. Está claro que entre los dos puntos de vista hay mucha gente, pero al final al pueblo soberano le machacan con esos conceptos y le ocultan toda la comunidad que están entre medias, trabajando con sus profesiones, con sus familias y con una vida como la del resto de los españoles”, destaca Simón, artista visual y fotógrafo madrileño, autor de los retratos, al ser preguntado por las razones que le llevaron a embarcarse en este proyecto. Más adelante, señala que ha querido sacar a la luz “a un montón de personas negras conocidas, para que impacten un poco más, y que forman parte de la sociedad española; para aportar mi grano de arena a una de las reclamaciones principales de los afrodescendientes: la falta visibilidad”.
Evidentemente, esta muestra no terminará con el racismo y los estereotipos que persiguen a esta comunidad. “Políticos y medios de comunicación colaboran poco e incluso perjudican utilizando a los afrodescendientes según les interesa para su negocio”, recalca el autor. Que, al mismo tiempo, está convencido de que muchas iniciativas como la suya “son necesarias para trasladar a la sociedad otro pensamiento más en la línea del siglo XXI”. Y termina: “Pero sobre todo deben ser iniciativas no radicales, porque el radicalismo no ayuda e incluso perjudica. Es el momento de educar y enseñar la plena convivencia de todos”.
La exposición ¡Somos Afro! seguirá rodeando el Museo Nacional de Antropología hasta el 16 de octubre y está incluida también entre las actividades del Decenio Internacional para la Afrodescendencia 2015-2024, proclamado por la ONU.
Fuente: ACSUN,el pais,asodegue.
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