El grupo de especialistas independientes que la ONU envió a Brasil para evaluar la discriminación racial en los procesos de aplicación de la ley concluyó tras una visita de doce días al país que la policía y la justicia del gigante suRamericano adolecen de "racismo sistémico".
"En la visita observamos que, tanto en las operaciones policiales como en la administración de justicia, el racismo es sistémico, endémico, perverso y presente", afirmó el abogado y activista argentino Juan Méndez, uno de los integrantes del grupo, en una rueda de prensa.
De acuerdo con Méndez, algunas leyes en Brasil aún perpetúan las desigualdades, lo que se agrava por la poca representatividad de personas de ascendencia africana en los organismos públicos y por el racismo sistémico en los encargados de aplicar la ley.
"La principal dificultad que tuvimos es que, como en otras situaciones, el racismo sistémico no es aparente. Difícilmente algún policía dice: lo maté porque era negro. Pero hay cosas que legitiman nuestra conclusión: estadísticas que muestran que el racismo es prevalente, testimonios y documentos", aseguró.
Méndez fue uno de los miembros del Mecanismo Internacional Independiente de Especialistas de la ONU para Promover la Justicia Racial y la Igualdad en el Contexto de la Aplicación de la Ley, que, tras una invitación del Gobierno, visitó las ciudades de Brasilia, Salvador, Fortaleza, São Paulo y Río de Janeiro.
Los especialistas entrevistaron a diferentes autoridades, representantes de la sociedad civil y un centenar de víctimas, y visitaron presidios y áreas impactadas por la violencia, para recoger informaciones para elaborar un informe que entregarán al Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Los especialistas afirmaron que aún tendrán que analizar toda la información para elaborar sus recomendaciones pero que, a primera vista, percibieron que hay una impunidad generalizada en este tipo de casos.
Igualmente, indicaron que no se investigan muchos crímenes, se archivan casos sin identificar a los responsables, existe un atípico exceso de negros en las cárceles, se abusa de la fuerza en las operaciones policiales y hay desconfianza generalizada en la justicia.
"El Gobierno brasileño tiene que poner fin a la violencia brutal infligida contra personas afrodescendientes por parte de las fuerzas policiales y responsabilizar a los autores de estos crímenes", según un comunicado con sus conclusiones preliminares.
Méndez dijo que "el Gobierno tiene que revaluar los procedimientos actuales de investigación de malas conductas policiales y eliminar las desigualdades raciales sistémicas".
No obstante, los especialistas valoraron positivamente que el Gobierno haya reconocido la existencia de racismo estructural en el país y haya creado el Ministerio de Igualdad Racial, así como la decisión de algunos gobiernos regionales de colocar cámaras en los uniformes de sus policías.
Fuente: ACSUN, efe
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