El pasado 20 de enero de 2024, viaja al futuro la senadora colombiana Piedad Córdoba, del Pacto Histórico, como consecuencia de un infarto. La congresista llegó sin signos vitales a la clínica Conquistadores, en Medellín.
En los últimos días, antes de su fallecimiento, Córdoba había permanecido hospitalizada en la cínica del Rosario, en la capital antioqueña.
Durante los gobiernos de Álvaro Uribe (2002-2010), Córdoba adquirió protagonismo en medio de los procesos de liberación de secuestrados en poder de las Farc.
¿Quién fue Piedad Córdoba? Una feminista a favor de los derechos de las mujeres afrodescendientes.
Nacida en Medellín en 1955, Piedad Córdoba creció en un entorno marcado por la pobreza y la marginalización. Sin embargo, desde una edad temprana, demostró una determinación inquebrantable para cambiar las circunstancias que rodeaban a su comunidad. Después de completar sus estudios en la Universidad Pontificia Bolivariana, Córdoba comenzó su carrera política en los barrios más necesitados de Medellín, donde rápidamente se ganó el respeto y la admiración de aquellos a quienes representaba.
Desde el principio, Córdoba se destacó como una defensora apasionada de los derechos humanos y la justicia social.
Su compromiso con las comunidades afrodescendientes, que durante mucho tiempo habían sido marginadas y discriminadas en Colombia, la llevó a convertirse en una voz influyente en la lucha por la equidad étnica y racial. Además, su incansable trabajo en defensa de los derechos de las mujeres la convirtió en un símbolo de la lucha feminista en América Latina.
A medida que su influencia crecía, Córdoba dio el salto a la política institucional, donde continuaría su lucha por el cambio desde dentro del sistema. Desde su elección como edil en Medellín hasta su posterior carrera como concejala, diputada y finalmente senadora, Córdoba se convirtió en una figura central en la escena política colombiana.
Su elección al Congreso en cinco ocasiones consecutivas, siempre bajo la bandera del Partido Liberal, es un testimonio de su arraigado apoyo entre las comunidades que representaba.
Uno de los aspectos más destacados de la carrera de Córdoba fue su dedicación a la búsqueda de soluciones pacíficas para el conflicto interno que había plagado a Colombia durante décadas. Como defensora acérrima del diálogo y la negociación, desempeñó un papel crucial en los esfuerzos por alcanzar acuerdos de paz entre el gobierno colombiano y grupos insurgentes como las FARC.
Su capacidad para construir puentes entre facciones opuestas y su compromiso con la reconciliación la convirtieron en una figura fundamental en el proceso de paz.
El legado de Piedad Córdoba en la legislación colombiana
Además de su trabajo en la arena política, Córdoba dejó un legado duradero en la legislación colombiana. Su defensa de los derechos de las mujeres se tradujo en leyes que protegían a las mujeres contra la violencia y garantizaban su participación en la vida política y económica de Colombia.
Del mismo modo, su compromiso con las comunidades afrodescendientes se reflejó en iniciativas legislativas diseñadas para abordar la discriminación racial y promover la igualdad de oportunidades para todos los colombianos.
Fue nominada al Premio Nobel de la Paz en 2017.
El impacto de Piedad Córdoba no se limitó a las fronteras de Colombia; su trabajo fue reconocido y admirado en todo el mundo. En 2017, fue nominada al Premio Nobel de la Paz por su papel en la promoción de la reconciliación y la justicia en Colombia. Aunque no ganó el premio, su nominación fue un testimonio de la profundidad y la amplitud de su influencia en la escena internacional.
El legado de la colombiana Piedad Córdoba continúa
Los turbantes se convirtieron en la prenda característica de la política antioqueña, de hecho, durante una entrevista con Semana aseguró que hasta con una sábana podía hacer un turbante. Incluso, pidió que no le regalaran más porque ya “no tenía dónde meterlos”.
La realidad de la relación de Piedad Córdoba con los turbantes tuvo que ver con su identidad, pues según comentó a Revista Fucsia, representaba su orgullo y resistencia, ligada a las comunidades afro de las que tiene raíces, pues su padre era chocoano.
“Es un grito lo que yo represento. Mis trenzas, mis turbantes, mi ropa es una forma de expresar lo que siento por ser afrodescendiente, es una forma de desafiar a aquellos que me caricaturizan como negra, como si eso fuera un delito o un pecado”, manifestó Piedad.
Fuente: ACSUN, senenderezo,tropicanafm
No hay comentarios:
Publicar un comentario